Bárbara Mejía, Leonella Castillo, José Rosario / ECS
La principal causa está ligada
a la crisis económica del país, seguido del mal estado que arropa las
instalaciones de la universidad
Cada mañana Humberto Román sale de su hogar para
cumplir con su trabajo para aportar económicamente en su hogar. Humberto,
oriundo de Boconó, decidió abandonar sus estudios por el costo que representaba
estudiar en el NURR “estudiar se ha vuelto un lujo”.
“No me alcanzaba para pagar los pasajes para ir a
clases, o pagar las copias de las guía, además comprar comida de la semana es
muy difícil”, expresó Román. Como él, son muchos los jóvenes que deciden dejar
sus estudios en busca de trabajo o para emprender en otro país.
En Venezuela, la deserción universitaria es
un problema para el desarrollo profesional del país, hoy en día son muchas
las universidades que presentan un alto porcentaje de deserción a nivel
nacional.
La Universidad de Los Andes está siendo arropada
por la deserción profesoral y estudiantil debido a la crisis económica
venezolana que no solo afecta al estudiante, sino a la institución, esto se
debe a que sus servicios y comodidades cada día se encuentran en franco
deterioro.
A pesar de que esta universidad es
considerada la mejor universidad del país y una de las mejores de
Latinoamérica, hoy la realidad es otra, sus aulas se convirtieron en un bosque
solitario, la ruta universitaria solo conduce a los talleres, mientras que el
comedor al hambre y a las clases con un estómago vacío.
Además no podemos olvidar, el terror que se vive
dentro de las instalaciones por la inseguridad, la incertidumbre de lo qué va a
ocurrir en el país, esto último ha llevado a estudiantes y profesores a verse
obligados a buscar en otros países sus sueños, metas y aspiraciones que no
encontraron en Venezuela.
La ULA actual
La Universidad de Los Andes cuenta con tres
núcleos, en los cuales, tras el receso vacacional de julio a septiembre se registró
aproximadamente un 50% de deserción estudiantil en los distintos
recintos de esta casa de estudio.
Cabe destacar que Mérida es el núcleo principal y
por ende el más grande que posee; por ejemplo, José Carrero, dirigente del
Movimiento 20, detalló que "en Mérida, los estudiantes deben
gastar más de 500mil bolívares mensuales entre habitación, transporte, material
de estudio y comida".
Por otra parte, desde los diferentes núcleos se han
realizado una serie de denuncias debido al mal estado del comedor estudiantil,
Carrero asegura que muchas veces los comedores están
cerrados por no tener alimentos y cuando los tiene, es poca la comida
que sirven.
La asistencia de estudiantes ha sido afectada por
estos factores, por lo que el secretario general de la Federación de Centros
Universitarios (FCU) de la ULA, Eloi Araujo aseguró que la deserción ha
alcanzado el 50%, lo que ha provocado que los bachilleres que cursaron el
semestre anterior han dejado sus estudios para dedicarse a trabajar o buscar
una mejor vida económica en el extranjero.
La crisis del país ha afectado a las
universidades ya que las mismas, en los últimos años, no han recibido
el apoyo presupuestario de parte del gobierno nacional, lo que
conlleva a que estos recintos estudiantiles no garanticen
los servicios de manera satisfactoria.
La comunidad estudiantil no pasa desapercibida ante
la inseguridad en Venezuela, cabe resaltar que durante los últimos años,
nuestro país ocupa un lugar preponderante en las listas de los países más
violentos de Latinoamérica; es por ello que Carrero señala que "la
delincuencia juega en contra de la formación académica de los venezolanos".
Además, el núcleo Rafael Rangel de Trujillo,
se ve afectado en este aspecto, por la ubicación geográfica y la falta
de transporte que obliga a los estudiantes a caminar desde la
universidad hasta las paradas de autobús… se han registrado robos dentro de las
instalaciones universitarias.
Pasaje estudiantil
En noviembre de 2016, el ministro de Transporte y
Obras Públicas, Ricardo Molina, eliminó el antiguo pasaje estudiantil
preferencial y anunció un nuevo sistema de pasaje que desde el 15
enero del 2017 funcionaría con una tarjeta inteligente que beneficiaría tanto a
los estudiantes como a los transportistas, con lo que el servicio sería
gratuito para los estudiantes y el Gobierno pagaría directamente a los
transportistas.
En el estado Trujillo el sector transporte se vio afectado a finales de 2016 pues el Gobierno nacional no canceló el subsidio del mes de noviembre y diciembre anunciado por el ministro Molina. Esto llevó a que los choferes cobraran el pasaje estipulado a los estudiantes.
Luego de las fiestas navideñas, el NURR retomó
actividades académicas el pasado 9 de enero, y durante esa semana los distintos
movimientos estudiantiles salieron de sus aulas para alzar su voz de protesta
al no recibir respuestas de FONTUR sobre la problemática que venían acarreando
del año pasado.
Francisco Balza, representante estudiantil ante el
consejo de núcleo, señaló para ese momento, que esta situación afecta
el bolsillo de los estudiantes sobre todo al residenciado “Es una
aberración que el Estado aun no garantice la nueva metodología del pasaje
estudiantil. La universidad lucha contra la deserción y esta situación obliga a
que más jóvenes dejen los estudios”, declaró Balza al portal web de Trujillo
Digital.
Además, se sostuvo una reunión en el Consejo
Legislativo del estado Trujillo (CLET) con representantes del sector transporte
encabezado por su presidente Douglas Vielma, FONTUR y distintos entes del
gobierno regional, llegando al acuerdo de cancelar el 50% del pasaje.
A solo días de cumplirse un año del anuncio del
ministro Molina, persiste el problema del pasaje estudiantil, y es uno de los
motivos por el cual los estudiantes abandonan la universidad.
Jorge Briceño, estudiante regular de la carrera de
Comunicación Social en el NURR afirma sentirse afectado después de la
desaparición del pasaje estudiantil; “Con el ticket estudiantil podía ir clases
todos los días y el dinero lo utilizaba para fotocopiar guías e imprimir
trabajos, ahora que fue eliminado voy tres o dos veces a la semana a la
universidad, e incluso hay semanas en la que ni me asomo por no tener
suficiente dinero”.
Además, actualmente se encuentra en funcionamiento 1 solo autobus en el NURR, por lo que para llegar a clases, los estudiantes estan obligados a cancelar el pasaje en las rutas urbanas.
Para un estudiante, cada aumento del pasaje
produce terror en sus bolsillos, un alumno radicado en la ciudad de
Trujillo gasta alrededor de 2.000Bs. diarios en solo pasajes, es decir un total
de 40.000Bs. mensual. Mientras el que vive en Valera gasta 3.000Bs. al día,
para una suma de 60.000Bs. al mes.
Los profesores y la calidad dicen adiós
La desmotivación también ha formado parte de la
deserción estudiantil, los alumnos que antes podían ir a las universidades y
elegir los profesores para cursar sus materias, hoy en día se ven limitados a
esas opciones o peor, no pueden inscribir las materias debido a la falta de
profesores.
En la UCV, entre el año 2015 y 2016
aproximadamente 400 profesores abandonaron su carrera profesional, en la
Universidad de Oriente (UDO) también se presentó este fenómeno, otros 500
profesores abandonaron sus cargos, lo que representa más del 40% del gremio
profesoral que decidió no volver a las aulas de clases.
Lo que demuestra que no solo los estudiantes padecen las penurias de la crisis económica, los profesores también se ven afectados por los bajos salarios y la pérdida de beneficios entre otros factores.
Es cierto que las universidades del país padecen
una solitaria enfermedad llamada “crisis económica” que ha venido provocando
que estudiantes desistan de una carrera profesional, bien sea por migrar hacia
otro país o por buscar un empleo que le permita costear sus gastos.
Además, muchos de los alumnos que abandonan estas
casas de estudio son estudiantes de alto rendimiento, lo que a futuro podría
significar un bajo índice de profesionales de calidad para el
desarrollo del país.
Es importante resaltar que existe una gran cantidad
de profesionales que migran en busca de una mejor calidad de vida, lo que
produce una fuga importante de talentos y un desanimo en las
generaciones que año tras año desean graduarse.
El desierto del NUUR
El Núcleo Universitario Rafael Rangel (NURR) de la
ULA-Trujillo, reanudó sus clases el pasado 18 de septiembre después del receso
vacacional julio-septiembre.
Como de costumbre inició sin los servicios de comedor y transporte, pero para sorpresa de las autoridades, profesores y estudiantes se encontraron con aulas y espacios desiertos, el NURR sin duda se está convirtiendo en un cementerio abandonado.
Álvaro Briceño, Director de Registro Estudiantil
del NURR, expresó que a lo largo del semestre 104 personas han
oficializado su retiro, sin embargo no cuentan con una cifra exacta de las
personas que han abandonado sus aulas de clases porque muchos no realizan el
debido proceso de retiro.
“Hasta que culmine el semestre y se haga el proceso de validación y cambio, no podemos determinar cuántas personas han dejado la universidad”, expresó Briceño. Asimismo, afirmó que hay un total de 3700 inscritos cursando carreras de modalidad semestral.
El pasado miércoles, el Concejo de Núcleo designó una comisión para realizar un plan de reiteración y poder investigar el porcentaje de deserción estudiantil, dicha comisión estará integrada por la Coordinadora Académica Silvana Cardozo, el Profesor Efrén Pérez Nazcar como secretario de vicerrectorado y el profesor Álvaro Briceño.
A pesar que las autoridades y el personal ulandino
no cuenta con los números exactos de deserción, se puede observar la soledad en
los espacios físicos de la institución, lo que permite deducir que el
porcentaje de asistencia está muy por debajo de la matricula actual.
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