En materia
de desnutrición, según protocolos internacionales, porcentajes de hasta 5% es
aceptable, entre 5 y 10 % se considera alarma, de 10 a 15% se cataloga de
crisis. En el caso de Venezuela, según el estudio hecho por Cáritas, en todas
las parroquias analizadas en conjunto las formas graves de desnutrición
alcanzan un promedio de 14.5%.
Yorman Sarmiento, Valeria Zambrano, Jonathan Aguilera
Yorman Sarmiento, Valeria Zambrano, Jonathan Aguilera
“Regálame cien bolívares” dijo un pequeño
de apenas seis años, supo que tenía esa edad porque mientras
esperaba el transporte que lo llevaría a casa pudo conversar con él. A su corta edad su madre le dijo que debía
salir a la calle en busca de dinero o comida para sus hermanos.
Pantaloncitos
cortos, una camisa chemisse que dejaba ver parte de su ombligo y una mirada pícara
y dulce definía la inocencia del pequeño. “Tengo dos hermanos”, indicó; “soy el mayor y mi mamá quiere que salga a
pedir para comprar comida” ¿Estudias? Le preguntó, “si pero cuando no estoy
en la calle”.
¿Me
vas a dar los cien bolívares? aquí están; los tomó y se llevó un extremo de la camisa a la boca por lo que pudo notar su delgadez,
en ese instante llegó el bus; al subir observó por la ventana para ubicarlo
pero desapareció del lugar; lo que nunca
olvidará será su inocencia, su piel, su carne; si, su carne… pegada a los
huesos.
La situación económica que actualmente
vive Venezuela ha generado el incremento en los precios de
los productos de la canasta alimentaria, además de dificultad para encontrarlos
lo que ocasiona altos índices de
desnutrición en los venezolanos con mayor énfasis en la población infantil.
Un
informe publicado por la organización Cáritas de Venezuela realizado en
sectores de los estados Zulia, Vargas, Miranda y Distrito Capital señala que la proporción total de niños menores
de cinco años, con déficit nutricional,
en alguna de sus formas, aumentó de 54% en abril a 68% en agosto pasado.
En materia
de desnutrición, según protocolos internacionales, porcentajes de hasta 5% es
aceptable, entre 5 y 10 %
se considera alarma, de 10 a 15% se
cataloga de crisis.
En
el caso de Venezuela, según el estudio hecho por Cáritas, en todas las
parroquias analizadas en conjunto las
formas graves de desnutrición alcanzan un promedio de 14.5%.
La desnutrición es el resultado del escaso consumo de
alimentos. La niñez es la etapa que requiere de más
nutrientes para un desarrollo físico
e intelectual adecuado.
La desnutrición infantil, puede ser crónica o aguda con diferentes
niveles. Implica
tener un peso corporal y una estatura inferior a la
correspondiente a la edad; además predispone al cuerpo a múltiples enfermedades.
Douglas
Olivero David, pediatra y neumonólogo infantil,
expresa que para evaluar el
peso y sobre todo la talla ideal en niños, se requiere usar tablas nutricionales que combinan peso
para la edad, talla para la edad y peso para la talla.
En base
a ello los valores por debajo del porcentaje 10 se consideran fuera de lo normal y por debajo del porcentaje 3 es parámetros de desnutrición.
Desnutrición en progreso
Susana Raffalli, nutricionista y
colaboradora de Cáritas Venezuela señala que en general los venezolanos tienen una carga de desnutrición importante con mayor repercusión
en lugares pobres.
“Venezuela se
ha ido acercando a tener el mismo perfil nutricional de países en los que hay
procesos importantes de hambre; los
hospitales reciben cada vez más niños con desnutrición grave”, apuntó.
El poder adquisitivo del venezolano es
una de las principales causas por las cuales los ciudadanos no pueden adquirir
alimentos. En lo que
va de año el gobierno venezolano ha incrementado el salario mínimo en cinco oportunidades, el actual ronda los Bs 177.507.
Según el más reciente informe publicado por el
CENDA la canasta alimentaria al
cierre del mes de septiembre se ubicó en Bs.
3.901.076,04 por lo que una familia requiere
de Bs. 130.035,86 diarios para poder cubrir su costo.
José González, quien es padre de tres niños en edad escolar,
expresa que se ve en la obligación de enviar
a dos de sus hijos a casa de algún familiar para que les ofrezcan el
almuerzo o la cena; señala que aunque van al colegio, en algunas oportunidades falla o reciben solo el desayuno.
El estudio de
Cáritas agrega que 38% de los hogares
han tenido que desincorporar a algún miembro de la familia para bajar la
presión de consumo de alimentos y paliar la inseguridad alimentaria.
Carmen
Caracas, tía de González, dice que aunque la situación es difícil para ella,
pues también tiene dos hijos estudiando, trata de ayudarlo en lo que puede, agrega
que ya no es fácil ir al mercado a
comprar alimentos por lo que se ha visto en la necesidad de sembrar maíz,
caraotas y otras frutas o verduras para sobrellevar la crisis.
Cáritas
señala que el 69% de los hogares han
tenido que cambiar sus formas habituales de comprar o adquirir alimentos.
Nutrición en crisis
Según
cifras de la UNICEF, la desnutrición afecta el 45 % de las muertes anuales de niños en
el mundo, donde sólo 1 de cada 10 niños desnutridos tiene acceso a un
tratamiento nutricional adecuado.
En
la actualidad, la población venezolana
se mueve entre las escases de los productos de la canasta alimentaria y los
altos costos que presentan en el mercado informal, lo que ha hecho que hogares
venezolanos reduzcan las opciones alimenticias que antes consumían con
regularidad.
El informe de Cáritas explica que 64% de las familias consultadas en los estados
donde se realizó el estudio han tenido
que incurrir en alguna forma de privación alimentaria; mientras que
el 71% ha deteriorado su alimentación.
La
nutricionista Raffalli expresa que de cada 100
niños existe 52 que presentan un tipo de déficit nutricional.
Entre 2014 y
2015 el Programa de Nutrición
Comunitaria de la Fundación Bengoa, el cual monitoreó escuelas en Caracas,
Maracaibo y Mérida, arrojó un incremento
de 9% de la desnutrición infantil.
El estudio abarcó una muestra de 1.500 estudiantes
en edad preescolar y hasta sexto grado de primaria, en colegios donde se les ofrece
el desayuno.
González
señala que el programa de alimentación escolar le ayuda con la alimentación de
sus hijos; sin embargo siente preocupación en temporada vacacional; “algunas veces no les dan ni el desayuno,
en días de fiesta tengo que ingeniármelas para darles comida, la mejor opción es que se levanten
tarde para que solo almuercen o cenen”.
Olivero
David, señala que los niños deben ser alimentados hasta los seis meses con
leche materna; sugiere que luego de los 12 meses se les deben brindar 3
comidas principales (desayuno almuerzo y cena) más 3 meriendas, y así llevar una alimentación
equilibrada.
En
Venezuela se han implementado diversos programas y estrategias que han ido en
pro de fortalecer la seguridad alimentaria, es por ello que se crearon los
Comités Locales de Abastecimiento y Producción; aun así, hay quienes opinan, como la señora Carmen González, que ha pasado hasta
seis meses en la espera de la famosa caja.
Ante una problemática de esta naturaleza, el desconocimiento por parte de las autoridades encargadas de evaluar esta materia es una de las mayores desventajas que tienen las posibles soluciones.
En el país no se publican cifras oficiales en materia de desnutrición desde 2007.
Futuro
hipotecado
El
informe de caritas señala que 41% de las
familias consultadas piden o mendiga alimentos o los obtiene en lugares
descartados en los mercados.
La
desnutrición va mas allá de la delgadez y el crecimiento, especialistas
consideran que los daños a la sociedad son a futuro; la inseguridad alimentaria también genera deserción escolar y múltiples
problemas de fondo.
Raffalli
explica que 48% del total de niños con
desnutrición severa son menores de 2 años, y al menos 16% son menores de 6
meses.
Advierte
que estas cifras revelan que el mayor
peligro no está en la ausencia de alimentos sólidos, sino en la carencia de
formula láctea o en la lactancia poco efectiva, como consecuencia de
desnutrición en las madres.
La
encuesta ENCONVI publicada en 2016 revela que el 81.8% de las familias venezolanas se encuentran en condición de
pobreza, esta cifra convierte al país en la nación más pobre de Latinoamérica.
El
estudio de Cáritas de Venezuela asegura que de no revertirse las causas de la desnutrición y los factores
agravantes, las parroquias más pobres podrían estar en emergencia nutricional
al cierre del año.
El
pediatra Douglas Olivero David sostiene que un niño desnutrido presenta grandes
riesgos de enfermedades “entre ellas infecciones por
alteraciones de la inmunidad (defensas), diarreas crónicas, enfermedades de
piel, enfermedades respiratorias y finalmente
la muerte”.
Alerta que de no contrarrestar los grados de
desnutrición en un niño puede
comprometerse el desarrollo de las capacidades intelectuales por déficit en el
desarrollo neuronal.
Un
niño desnutrido tiene menos posibilidades de que su cuerpo se enfrente a las enfermedades.
Especialistas señalan que un pequeño
tiene 30% menos posibilidades de superar una afección común de la infancia si
sus niveles de nutrición son bajos.
Raffalli agrega que un niño desnutrido es 10 a 20 veces más vulnerables a contraer y sobrevivir a
una enfermedad durante la infancia.
Proyecta que 280.000 niños pueden morirse
por desnutrición. Señala que desde Cáritas han
declarado la emergencia humanitaria, pues el 33% de la población infantil
presenta retraso en el crecimiento.
Explica que este deterioro físico y
mental les acompañará durante toda la vida, agrega que tendrán un desarrollo
escolar limitado; por lo que el futuro
del pequeño, su familia y la sociedad en general estaría comprometido.
Es
necesaria la producción de alimentos en el país, la unión que pueda entablarse entre la sociedad civil, organizaciones
no gubernamentales y el Estado es vital para enfrentar el problema.
La
pronta aplicación de políticas públicas y el
conocimiento de las cifras en esta materia permitirían atacar el problema de
raíz.
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